El Liderazgo y las Emociones

"Las personas deben aprender a gestionar sus emociones sin importar si éstas son positivas o no. Es aquí cuando se necesita utilizar los diferentes estilos de liderazgo, líderes que sean capaces de administrar y gestionar no sólo sus propias emociones sino también las de los demás."

En los últimos años las organizaciones se han visto obligadas a someterse a diferentes tipos de cambios con el objetivo de responder a las exigencias del mercado y mantenerse a flote frente a la competencia.


Cada vez más las organizaciones desean tener en su nivel directivo líderes que apalanquen el crecimiento de las empresas, que sean capaces de crear estrategias que se traduzcan en resultados y que permitan mantener una diferencia significativa frente a la competencia.

Conscientes de esta necesidad, las personas que tienen la responsabilidad de dirigir personal han realizado cambios significativos en la forma como tradicionalmente dirigían personal, pasando de un estilo de liderazgo muy básico y autoritario a estilos de liderazgo más humanos y situacionales.


Pese a que muchos estudios han demostrado que el estilo de liderazgo impacta de manera directa en el clima organizacional de las empresas y en los resultados económicos de las mismas, muchas organizaciones siguen favoreciendo el estilo de liderazgo autoritario con sistemas de gestión burocratizados, estructuras poco flexibles y decisiones centralizadas en unos pocos. Quizás por esta razón existen en las organizaciones muy pocos líderes del estilo coach y muchos más de estilo coercitivo, ya que este tipo de estructuras inhiben las habilidades de estos líderes.


Las personas que trabajan en las organizaciones y que no se encuentran en un nivel de dirección suelen sentirse insatisfechas, el clima laboral no es el más adecuado para trabajar, el liderazgo está centrado en la tarea, hay bajo compromiso y poca motivación. A pesar de lo anterior, se exige a los colaboradores que den un valor agregado en su trabajo, que generen ideas, que hagan parte del cambio y que sean innovadores.


Al analizar en detalle las organizaciones se encuentra con frecuencia que el lenguaje de lo emocional no es un lenguaje común en su interior ya que, tradicionalmente, el lugar de trabajo no es el lugar adecuado para expresar emociones y las personas son tratadas y valoradas de acuerdo a sus conocimientos, experiencia y resultados.


En procesos de cambio o de crisis, las empresas tienden a eliminar desde un primer momento las emociones. No está bien visto que las personas reaccionen con miedo, inseguridad, resistencia al cambio, temor al fracaso, etc., y se hacen grandes esfuerzos por bloquear estas emociones, pensando que de esta manera se tendrá bajo control la crisis y se lograrán implementar e introducir nuevas, tecnologías, nuevas estrategias, nuevas formas de operar. Y es justamente ahí donde se cometen los mayores errores y se generan mayores conflictos y resistencias.

Las personas deben aprender a gestionar sus emociones sin importar si éstas son positivas o no. Es aquí cuando se necesita utilizar los diferentes estilos de liderazgo, líderes que sean capaces de administrar y gestionar no sólo sus propias emociones sino también las de los demás.


Investigaciones como las de Goleman1 demuestran que los verdaderos líderes no son los que tienen más desarrollado su coeficiente intelectual, los verdaderos líderes son los que han desarrollado un alto coeficiente emocional, son estos líderes quienes serán capaces de motivar a sus colaboradores, no desde la amenaza o las recompensas en dinero, sino desde la confianza, desarrollando el potencial de las personas que tienen a cargo e incentivando a alcanzar logros en su equipo por medio del ejemplo y la coherencia.


Cada día el nivel de stress y exigencia en el ámbito laboral es mayor y el nivel de inconformidad crece de manera enorme; sólo en la medida en que las personas aprendan a gestionar sus emociones y a relacionarse de manera adecuada con el otro, las empresas serán más sostenibles, tendrán un clima organizacional adecuado y gente más feliz y productiva trabajando.

 

1 Goleman Daniel, Harvard Business Review. Leadership that gets results.